EL COLOR DE LA PRIMAVERA

 Lavandera boyera (Motacilla flava)

Paseando por el municipio de Laredo podemos disfrutar de muchos pajarillos que se encuentran en estos momentos muy atareados en labores reproductivas. Algunas han llegado no hace demasiado y defienden sus territorios de posibles rivales.

RAPACES ENTRE LAREDO Y LIENDO

 Abejero europeo (Pernis apivorus)

Ayer me di una vuelta por la parte alta de Laredo llegando a los límites municipales lindando con Liendo. Dos abejeros volaban hacia Candina y su mole calcárea, cubierta por densos e interesantes encinares cantábricos en su base, y la singular buitrera en sus acantilados orientados al Cantábrico. 

BUSCANDO CON GANAS EL REGRESO DE LA NORMALIDAD

Lavandera blanca (Motacilla alba)

Después de mucho tiempo de encierro absoluto en casa por el condenado coronavirus, la vida, para nosotros, vuelve poco a poco a la normalidad. Para la naturaleza todo ha sido bastante normal... o no tanto, porque nuestra ausencia destructora ha tenido que notarse en muchos rincones del mundo. Ahora volveremos a todos estos lugares para hacernos notar como de costumbre, sin respeto por nada y sin haber aprendido nada de todo esto. Aprovecho esta entrada para colgar tres vídeos que se han ido gestando durante estos días de confinamiento.

PASO PRENUPCIAL EN LA MARISMA

 Espátula común (Platalea leucorodia)

Asomándonos a las Marismas de Santoña desde el Regatón de Laredo podemos ver alguna de nuestras aves acuáticas más características en pleno proceso migratorio. Un par de espátulas me sobrevolaron el día 11-05-2020.

TÓRTOLAS EUROPEAS Y PAJARILLOS EN LAREDO

Tórtola europea (Streptopelia turtur)

Hoy en Laredo se alimentaban un par de tórtolas europeas en la zona de El Sable.

A TIEMPO PARA LA DESPEDIDA

 Colimbo grande (Gavia immer)

Después de 50 días encerrado en casa por causa del COVID19 y el confinamiento aconsejado por el Gobierno del país, este pasado sábado pudimos salir de nuestros hogares a pasear o hacer deporte. Por fechas -2 de mayo- tenía la esperanza de que aún quedase algún colimbo grande en la playa Salvé de Laredo, quién sabe si con su precioso plumaje estival, antes de marchar al Norte. Para cumplir con las normas, ya que iba a alejarme más de 1 km de mi residencia, me vestí de runner y cargué en una mochilita los prismáticos y la pequeña cámara bridge. Comencé mi trote cochinero...

Y, efectivamente, había colimbos. Este fue el primero que localicé.