Alimoche común (Neophron percnopterus)
Una escapada de un par de días con mi hijo Daniel por los aires pirenaicos del Valle de Hecho, en Huesca.
Carbonero garrapinos (Periparus ater)
Primera toma de contacto con alguna de sus aves. Sin fotografiar se quedaron entre otras los piquituertos y el picamaderos negro.
Primera toma de contacto con alguna de sus aves. Sin fotografiar se quedaron entre otras los piquituertos y el picamaderos negro.
Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio)
Compartimos alcaudones en la costa cántabra y algunos valles de alta montaña.
Hay que entrenar un poco que mañana tenemos una dura jornada de montaña intentando subir el Castillo d´Acher (2.378 m).
Castillo d´Acher (2.378 m)
Ahí está, y tenemos que llegar a su base atravesando la impresionante Selva de Oza.
Vamos por el buen camino. Buena parte del recorrido discurre por el GR.11 y está marcado con hitos y marcas de pintura.
Abandonamos el bosque y nos enfrentamos al gran reto. Parece inaccesible y Daniel lo veía inalcanzable.
-No Daniel, nada es imposible si pones empeño e ilusión.
¡Allá vamos!
El paso más delicado es una pequeña trepada casi al final entre piedras sueltas.
¡¡Conseguido!!
Lo que más ilusión le hizo a Daniel es que por fin conseguí subir a esta cima que parecía gafada para mí... ¡y lo hicimos juntos!
Atravesando las "paredes del castillo" los paisajes continúan subyugándonos.
Debido a que se nos olvidó la LUMIX f72 las fotos están realizadas con la cámara del teléfono.
Tras la costosa bajada nos preparamos para nuestro siguiente objetivo: Observar algo de fauna en plan Andoni y Unai Canela jejeje.
Mirlo acuático (Cinclus cinclus)
Las especies que me propuse para no decepcionar demasiado a Daniel fueron las en teoría sencillas marmotas y el emblemático quebrantahuesos.
Marmota alpina (Marmota marmota)
Los hermosos roedores aparecieron casi sin querer.
Marmota alpina (Marmota marmota)
Le resultaron muy graciosos con sus carreras y su continuo estado de alerta.
Marmota alpina (Marmota marmota)
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)
Y el único quebranta que localizamos lo descubrió Daniel que me señalaba cada bulto volador que le parecía lo suficientemente grande.
Pd: Con un poco de vergüenza por mi parte quiero dedicar esta entrada a un artista de la Naturaleza que nos ha dejado durante estos días en que yo me encontraba con mi hijo disfrutando de la magia de la vida. A Antonio Ojea (Potri) sólo lo conocí a través de las redes sociales, nos escribimos algún comentario a nuestros respectivos blogs, siempre muy entrañables, y nos unía ese amor por la Naturaleza y la vida que Antonio no perdió hasta el último día de la suya.
Mi mayor impresión fue comprobar como afrontó su pelea contra esa terrible enfermedad, con una dignidad y unas ganas por aferrarse al último resquicio de esperanza que me han conmovido hasta el punto de hacerme escribir estas simples y admiradas lineas sobre su persona. Ojalá yo pudiera transmitir a mis hijos una mínima parte de ese coraje y ganas de vivir que Potri destilaba en cada una de sus obras... y de sus actos.
Mi mayor impresión fue comprobar como afrontó su pelea contra esa terrible enfermedad, con una dignidad y unas ganas por aferrarse al último resquicio de esperanza que me han conmovido hasta el punto de hacerme escribir estas simples y admiradas lineas sobre su persona. Ojalá yo pudiera transmitir a mis hijos una mínima parte de ese coraje y ganas de vivir que Potri destilaba en cada una de sus obras... y de sus actos.
A la altura del quebrantahuesos ¡Y más allá!
DEP
Como siempre, una fantástica crónica. Además un detalle final de mucha generosidad. Te honra Ernesto. Abrazos desde Málaga
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario.
EliminarAbrazos