Una entrada de otra época; de cuando no escribía en ningún blog y, sin embargo, ya disfrutaba de la naturaleza e incluso trataba de fotografiar a la fauna de los lugares que visitaba.
En este caso se trata de la subida a Monte Perdido (3.355 m) atravesando el precioso valle de Ordesa (Huesca) y donde llevé una pequeña cámara compacta de 5 megas, para minimizar el peso en una subida de 2.200 m de desnivel acumulado que realizamos en 2 días.
Águila calzada (Aquila pennata)
Después de muchos intentos infructuosos e innumerables llamadas telefónicas, me comunicaron desde el refugio de Góriz, que tenían dos plazas libres para el día elegido (21-6-2008) y allá marchamos, Txusma y yo, directos al emblemático Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido para disfrutar de un fin de semana de naturaleza en la alta montaña.
Desde el aparcamiento del parque, donde comenzamos la ruta, acompañamos al bravo río Arazas que bajaba con abundante agua proveniente del deshielo, acercándonos a la base de Las Tres Sorores:
Monte Perdido, Cilindro y Añisclo.
Río Arazas
El agua se desbordaba por todos los rincones.
Desde el circo de Soaso comenzamos una ascensión más pronunciada hacia el refugio de Góriz, dejando atrás la conocida cascada, Cola de Caballo.
Entramos en territorio de las chillonas Marmotas alpinas (Marmota marmota).
Marmota alpina (Marmota marmota)
Estos grandes roedores son diurnos y fueron introducidos en Pirineos procedentes de los Alpes en 1948.
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)
Durante los dos días que duró nuestra "aventura", los Quebrantahuesos nos acompañaron con su espectacular y sobrecogedora presencia.
Txusma también es miembro de la asociación "no sin mis prismáticos".
Las Marmotas están acostumbradas a la presencia humana y posan con naturalidad.
Marmota alpina (Marmota marmota)
Llegando al refugio (2.160 m) donde pasamos la tarde y, en un ambiente plenamente montañero preparamos el asalto a la cima que acometeríamos el día siguiente.
Noche en vela y relativo madrugón. Me tocó, en las literas corridas, junto al tío más roncador de todo el reino. De hecho, creo que fue el único que durmió a pierna suelta de toda la habitación.
A las 6 h estábamos desayunando para, antes de las 6:30 h, salir directos a la cumbre, antes de que la nieve se ablandase demasiado dificultando la ascensión.
Bastante nieve para haber comenzado ya el verano, pero ya sabemos como es la montaña de imprevisible y cambiante.
Nos resultó curioso ver alguna Marmota correteando por la nieve.
Desde el Lago Helado los montañeros realizan los últimos preparativos para afrontar el final de la subida, con el paso de la Escupidera como tramo más delicado y donde no debe cometerse ningún error que podría ser fatal.
Vista de la gran pala de nieve que nos esperaba, por suerte, en perfectas condiciones para caminar sin hundirse demasiado.
En detalle los más madrugadores que salieron de noche, en el tramo final de la subida.
Después de 3 horas de precioso ascenso, a la 9:30 h, posamos satisfechos en el mítico Monte Perdido (3.355 m), el macizo calcáreo más alto de Europa.
Rebeco o Sárrio (Rupicapra rupicapra pyrenaica)
Nos quedaba por delante todo el descenso y el viaje en coche hasta Cantabria así que tampoco pudimos perder demasiado tiempo.
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)
A pesar de entretenernos con la fauna de estas montañas, el descenso se hizo bastante largo y cansado... ¡¡y aún nos quedaban varias horas de carretera!!
Impresionantes montañas pirenaicas que nos dejaron un gran recuerdo y muchas ganas de volver.
Llegué a Laredo en el momento en que comenzaban los penaltis contra Italia de la Eurocopa de 2008 y la selección española se quitaba de encima el "maleficio de los cuartos de final".
Momento histórico también...
¡Como nuestro ascenso a Monte Perdido!