Búho nival (Bubo scandiacus)
De la manera más insospechada me he visto las caras con un búho nival en Santoña. Me encontraba con mi hijo viendo el partido del Laredo por la televisión, tan a gusto, cuando, a eso de las 4 de la tarde he recibido el aviso en uno de los pocos grupos de wasap que conservo, por parte de Juanjo Aja, de que este bellezón se estaba viendo en ese mismo instante en Santoña.
Lo había localizado Pedro Arratibel. ¡¡Buena vista, si señor!!
Búho nival (Bubo scandiacus)
Me he puesto en contacto directamente con Juanjo para confirmar que aún se veía por la zona, he llamado a Marian que en ese momento salía de trabajar.. y directos para Santoña.
Búho nival (Bubo scandiacus)
Nos ha sorprendido nada más llegar que, apenas una hora después del aviso por redes sociales, el lugar estaba lleno de telescopios y cámaras fotográficas inmortalizando el glorioso momento ornitológico.
Medio centenar de apasionados a esta bendita afición nos deleitábamos y elucubramos con lo que podía haber sido de este totémico animal durante estos meses de invierno entre nosotros. Habrá estado entre nosotros sin que nadie lo descubriese... se habrá estado moviendo por la costa cantábrica y la casualidad le ha traído a Santoña... Son aves que en su hábitat se comportan aparentemente como nómadas, dependiendo del alimento al alcance de sus garras.
Analizando diferentes fotos, Gonzalo Pardo (de quien tengo plena confianza en sus deducciones) ha llegado a la conclusión de que se trata del mismo ejemplar, un macho joven, que se estuvo viendo por Asturias y que incluso recaló en el puerto del Musel, en Gijón.
Búho nival (Bubo scandiacus)
El admirado búho se encontraba en los tejados de unos viejos edificios abandonados, con la suficiente distancia respecto a nuestras personas como para comportarse con naturalidad. A lo largo del día ha sufrido los tímidos ataques de urracas, cornejas y gaviotas, pero ya digo, sorprendentemente tímidos. Los más osados parecían unos mirlos que unieron sus fuerzas (tres o cuatro machos muy escandalosos) a última hora de la tarde, para tratar de intimidar al inusual enemigo que se había plantado tan cerca de sus territorios.
Búho nival (Bubo scandiacus)
El búho, con aureola de modelo de alta costura, no daba mucha variedad en sus poses para los fotógrafos: Mirando para la derecha, mirando para la izquierda, mirando para adelante y mirando para atrás. Cuando la luz se desvanecía se activó un poco más y llegó a atusarse el plumaje.
Alguien apuntó: "Atención, que va a volar. Acaba de cagar."
Efectivamente, muchas aves antes de volar defecan, así que estábamos todos muy atentos.
Se demoró un minuto pero, efectivamente, voló a otro posadero a unos 15 metros.
Búho nival (Bubo scandiacus)
Y este fue, quién sabe, mi último contacto con esta especie tan mítica para los pajareros y que por diversos motivos, nos resistíamos, tanto él como yo, a cruzar nuestros caminos y nuestras miradas.
El día llegó y yo, muy feliz.
¡¡Buen pajareo para todos!!
Pd: Estas aves se supone que han llegado hasta nosotros en "viaje asistido" en barco, cuando por los motivos que sean se han visto sorprendidas en alta mar, durante su migración al sur, agotadas, con la oportunidad inesperada de descansar en un gran mercante, decisión que las ha desviado de su lógica trayectoria. De este modo se han visto en otras ocasiones alguna de estas nórdicas aves (crían en la tundra, por encima del límite arbolado) en localizaciones poco usuales, aunque siempre más al norte que las que en este invierno nos han dado la sorpresa por aquí.