jueves, 20 de enero de 2011

MARSOPA (Phocooena phocoena)

Marsopa (Phocoena phocoena)
En mi rutina de entrenamientos por la playa, ayer día 19-1, apareció un pequeño cetáceo varado que a la postre resultó ser una Marsopa. Parecido a un pequeño delfín, pertenece sin embargo, a la familia de los Focénidos que la tienen como único representante en nuestras aguas.
Se encontraba en la zona del puntal de Laredo (Cantabria) y, probablemente, habría sido arrastrada hasta allí con la anterior pleamar, de madrugada.
Tenía varias heridas en la mandíbula y en la región perianal, imagino que ocasionadas por las abundantes gaviotas invernantes en la marisma.
Marsopa (Phocoena phocoena)
La Marsopa carece del típico morro de los delfines y es pequeño (1,5 mts. y unos 50 kg.) Posee una pequeña aleta dorsal triangular y las pectorales son cortas y redondeadas. Dorso negruzco y zona ventral gris claro, de la comisura bucal arranca una linea oscura hasta las negras aletas pectorales.
Es una especie tímida que no se acerca a las embarcaciones y es bastante común en las costas cantábricas, llegando a entrar en las rías con frecuencia. No son demasiado gregarias salvo, en ocasiones, cuando se juntan en grandes grupos para comer.
Tras efectuar las llamadas oportunas (gracias Pilar y Diego), se personó la Guardia Civil y posteriormente (imagino) personal del oceanográfico que se encargarán del animal para analizar las causas de su muerte.
Yo, sin embargo, propongo un final alternativo, más (ejem, ejem) romántico.

EL MAR Y LA MARSOPA

El Cantábrico echaba de menos a uno de sus misteriosos y más queridos habitantes que, de madrugada, había abandonado su cobijo protector.
Con una delicada ola acarició el lomo de la Marsopa, preocupándose por su estado...
... finalmente decidió llevarse el inerte y frio cuerpo, en un sentido y tierno abrazo, retornando al fondo del mar, donde descansará definitivamente el sueño de los justos en lo que siempre fue su hogar.
Fin
PD Como escritor no tengo precio (por lo malo) así que la versión que se puede leer en este momento no tiene nada que ver con la inicial y probablemente se parezca poco a la definitiva. Le doy muchas vueltas a las cosas y nunca acabo satisfecho (eso para escribir sólo 10 lineas).
Saludos

4 comentarios:

  1. En efecto no parece muy romántico. No obstante, habida cuenta de que la muerte existe la queramos aceptar o no, resulta reconfortante pensar que ésta no será estéril, inútil. Estudiando las causas podrían llegar a evitarse otras. Quizá ese final no sea del todo incompatible con el tuyo. Quiero decir que a veces uno, por diversos motivos, no puede vivir en el lugar al que realmente pertenece, y sin embargo, de alguna forma, sigue allí incluso cuando ya no está allí físicamente.
    Abrazos

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  2. Hola Salomé. En realidad soy bastante realista y consciente de como es la vida y la naturaleza y, el romanticismo, lo dejo para el cine y la literatura. De echo soy el primero en pensar que lo mejor que se puede hacer con el pobre animal es analizarlo y averiguar los motivos de su muerte (al vivir tan cerca de la costa suelen estar relacinadas con actividades humanas) para, en lo posible, evitarlos en el futuro.
    Saludos

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  3. ¿Sabes? Yo pienso que las cosas no pasan por que sí, y que a menudo tienen consecuencias inesperadas. Ni su muerte ni tu encuentro con ella pienso que sean para nada estériles, serán en todo caso a priori desconocidas. Además a mi me ha gustado tu final alternativo, de vuelta al mar...
    Fdo: Jose Postigo

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  4. Hola Jose. Me ha gustado la deriva filosófica de los comentarios. Gracias por la aportación.

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