No, el eider de Santoña no ha encontrado pareja. Estos 2 también se encuentran en Cantabria, pero en un lugar muy diferente a las Marismas de Santoña:
El Zoo de Santillana.
La colección de anátidas que allí se pueden disfrutar es realmente impresionante.
Las gallinetas de agua campan a sus anchas por todo el parque.
Las vi incluso peleándose por sus respectivos territorios.
En el mismo zoo y en los alrededores se ven nidos de garcetas, garcillas, garzas reales y cigüeñas.
Quizás aquí comenzó la colonización de las garcillas bueyeras.
La fauna del cuaternario...
Y la fauna más cercana...
A nuestros niños los felinos les encantan: leopardos
Tigres...
Y leones.
Vamos a hablar un poco de la polémica que suele acompañar
a los zoos y de la que cada cual tendrá su propia opinión.
Yo sólo voy a dar la mía.
Se discute mucho sobre lo ético que pueda resultar el tener animales salvajes encerrados de por vida. Animales privados de libertad sin mayor perspectiva de futuro que ver pasar los días, con pocos alicientes por los que aferrarse a la vida.
Pero esta me parece una visión un poco antropocéntrica.
Nuestra capacidad para transmitirnos conocimientos a través del
lenguaje nos ayuda mediante nuestro complejo cerebro a plantearnos preguntas y elucubrar sobre el futuro, cosa que nos influye determinantemente en nuestro día a día. Pensamos en el día de mañana, hacemos planes de futuro y estamos más pendientes de esos proyectos soñados que de nuestro ahora, de nuestro presente.
El resto de animales no. Para el resto lo importante es sobrevivir y no se plantean disquisiciones filosóficas como esta que estamos desarrollando aquí.
Sabemos que las cigüeñas, si pueden evitarse la migración, la evitarán, simplemente porque han encontrado recursos alimenticios que las pueden mantener a lo largo de todo el año entre nosotros y evitan todos los peligros y vicisitudes de ese increíble viaje a África. No lo consideran como haríamos alguno de nosotros, un viaje de auténtico placer.
Estos animales del zoo hacen lo que la inmensa mayoría de los que se encuentran en libertad. Alimentarse y descansar, y llegado el momento y si hay posibilidades, reproducirse. Es poco romántico y poco épico pero es así. Cuando vemos a los limícolas que en su "obligado" viaje recalan en las Marismas de Santoña, sus quehaceres diarios no son ir a clase de canto, ni presenciar un acto deportivo, ni escribir una entrada en un blog... Su vida consiste, que no es poco, en seguir adelante con su vida de limícola: durante la bajamar alimentarse sin parar y durante la pleamar descansar y arreglar su plumaje, cuidándose en todo momento de sus múltiples enemigos. Cuando hayan recuperado fuerzas y se vean preparadas continuarán con su viaje a sus cuarteles de cría donde las cosas tampoco son nada sencillas. Con suerte tendrán descendencia y en apenas 2 meses estarán de vuelta al sur buscando sus cuarteles de invernada. Podríamos argumentar no sin razón: Una vida dura, sí... pero una vida de limícola. A lo que yo respondo: la Naturaleza es cambiante y muy dinámica y las cosas no son inmutables, ni mucho menos, como ya hemos visto con las cigüeñas.
Los gatos de mi casa, incluso cuando teníamos jardín, pasan la mayor parte del tiempo durmiendo como hacen los leones en Tanzania, y solo se activan para comer o buscar un poco de cariño de sus dueños. Eso mismo hacen los felinos en el zoo.
Entonces, esos anhelos de libertad que los humanos reclamamos... ¿los ansían del mismo modo los animales? Estoy convencido de que si tuviesen la oportunidad de escapar y no causaran ningún trastorno a la población local, estos animales se quedarían muy cerca del zoo y no se ausentarían a la hora de comer.
Algunos animales nos causan mayor desazón al verlos encerrados... sin embargo la alternativa de estos animales solo podría ser la muerte por no poder adaptarse correctamente a la vida silvestre.
Únicamente podemos pedir a los responsables de los zoos que cuiden a sus animales con mimo y mantengan sus instalaciones en perfecto estado. Que no se trafique con animales salvajes y únicamente se utilicen animales nacidos en cautividad o fauna irrecuperable para la vida en la naturaleza. No puedo pensar en otra cosa que no sea que los trabajadores de un zoo aman a los animales. Cuando yo era pequeño soñaba con tener un zoo cuando fuese mayor.
Seguro que no soy el único jejeje.
Mis hijos se lo pasaron de maravilla... y creo que los zoos pueden ser una buena herramienta para educar a nuestros pequeños.
Todo es cuestión, como todo en la vida, de hacer bien las cosas.
Ahora, si os apetece, podéis rebatir cada uno de mis argumentos. A fin de cuentas cada uno tiene su opinión.
¡Buen pajareo a todos!
Estoy de acuerdo con todos los puntos.
ResponderEliminarAparte de su valor educativo para todos, los zoos son un banco de genes de especies que tienen números muy bajos en la Naturaleza y bien llevados pueden ser un baluarte para la diversidad genética de una especie, parte fundamental para que las especies en peligro de desaparición puedan recuperarse saludablemente.
Se suele "humanizar" a los animales diciendo que reflejan miradas tristes en los zoos, cuando son animales que están tranquilos y satisfechos y cuando un animal tiene sus necesidades básicas aseguradas y no tiene depredadores entra en modo ahorro de energía como haría, por instinto, en la Naturaleza.
Puede que los zoos empezasen por malas razones en el siglo XIX pero hoy en día son un recurso inestimable debido a lo mal que tratamos al medio ambiente y si algún día tuviésemos un medio ambiente sano, a lo mejor, no harían falta. Desgraciadamente no es así.
Por todo esto yo apoyo a los zoos aunque hay que estar vigilantes con la calidad de los cuidados a los animales encerrados en ellos.
Un saludo
Buen pajareo
Gracias por compartir tu opinión Guillermo.
EliminarSaludos
Yo y mi familia hemos sido socios del Zoo de Cabárceno unos 8 años y en ese período lo fuimos también del de Santillana del Mar unos 4 años. Evidentemente, no odio los zoológicos. He pasado muchas horas viendo animales dentro un zoo. Por ello me atrevo a decir que al menos algunas especies de mamíferos (monos y grandes carnívoros) acaban teniendo comportamientos repetitivos y extravagantes que pienso que tienen que ver con lo que en humanos llamaríamos comportamientos psicopatológicos. A día de hoy pienso que los zoológicos son innecesarios. Las "casas de bestias" tuvieron su lógica hace un siglo: era la manera de ver animales salvajes (y humanos) de todos los rincones del planeta. A día de hoy eso lo podemos hacer viendo documentales en la televisión. De verdad que sobra ver como un chimpancé aburrido se entretiene arrojando sus excrementos contra los visitantes. Uno de los mayores problemas de conservación de numerosas especies es el comercio legal e ilegal. La gente ve los animales en el zoo y piensa que por qué no va a tener él uno en su finca o en su casa. Los propios zoos, por mucho que digan, demandan animales salvajes extraídos de la Naturaleza. En fin, creo que si hace una siglo los zoos eran beneficiosos para la concienciación medioambiental, creo que en la actualidad son incluso contraproducentes. Son un objeto de consumo dentro de un mundo que funciona con la ley de la oferta y la demanda.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir tu opinión, Juanma.
EliminarSaludos
https://www.youtube.com/watch?v=44m8-6F8Ohs
ResponderEliminarMuchos habréis visto el video del enlace de arriba... ¿cómo nos vería desde fuera un ser inteligente en nuestra incesante búsqueda de la libertad y la felicidad? Cuando veo desde fuera(algunas veces me toca estar dentro) las larguísimas caravanas que se forman cada día en determinados lugares no puedo dejar de asombrarme de nuestra especie y sus falsas necesidades, creadas con el único objetivo de controlarnos. A nuestra manera estamos en una enorme celda que a algunos se nos hace bastante pesada... pero ese es mi problema. Buen pajareo y volar siempre muy alto.