Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)
Como cada año por estas fechas, he sentido la llamada de la Montaña...
¡¡La Montaña Palentina!!
La idea era subir al Espigüete (2.450 m.) en compañía de Txusma pero, finalmente, tuve que ir en solitario debido a compromisos laborales de mi amigo.
Zorzal charlo (Turdus viscivorus)
Madrugón en toda regla para llegar a una hora prudente a la zona y poder hacer la ascensión al pico más representativo de la Montaña Palentina disfrutando en lo posible de su naturaleza.
Ánade real (Anas platyrhynchos)
Desde Cervera de Pisuerga, recorrí la carretera de los Pantanos muy tranquilamente, haciendo paradas cuando lo creía conveniente.
Jilguero (Carduelis carduelis)
A primera hora de la mañana, la niebla cubría prácticamente todas las montañas por lo que, el ascenso al Espigüete, se tornaba complicado, casi misión imposible.
Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio)
Los pajarillos del borde de la carretera consiguieron que la sensación de un viaje en vano y desperdiciado, desapareciese totalmente de mi mente.
Triguero (Emberiza calandra)
Pardillo común (Carduelis cannabina)
Escribano cerillo (Emberiza citrinella)
Torcecuello euroasiático (Jynx torquilla)
Collalba gris (Oenanthe oenanthe)
Gorrión chillón (Petronia petronia)
Cuando le hice esta fotografía al gorrión chillón, la niebla era aún muy espesa y cubría las zonas bajas de las montañas pero, afortunadamente, el día abrió y cuando llegué al punto de partida de la ascensión, Cardaño de Abajo, el aspecto del Espigüete era espectacular.
La ascensión por la cara sur de esta mole de piedra caliza, discurre durante los 3 primeros kilómetros por una ancha pista que, después de atravesar un pequeño robledal, nos deja a los pies de la mítica montaña.
Verdecillo (Serinus serinus)
Melanargia lachesis
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli)
Carbonero común (Parus major)
La sensación de moverse por estas tierras salvajes y tan poco masificadas es indescriptible.
¡¡La naturaleza y el hombre, cara a cara!!
Abandonamos la pista y comienza la verdadera ascensión.
Vamos dejando atrás el Embalse de Camporredondo y el pueblo de Cardaño de Abajo, mientras vamos tomando altura, a cada paso más cerca del cielo.
La flora y fauna es, a medida que subimos, más particular y exclusiva.
Escribano montesino (Emberiza cia)
La cara Sur del Espigüete se sube por la ruta llamada "la pedrera" y cuando llegué a ella pude comprobar el motivo de dicho nombre.
Una gran pendiente con piedra suelta dificulta enormemente el dar dos pasos sin resbalar. Por fortuna me encontré con dos montañeros que descendían y me recomendaron arrimarme a la pared derecha, donde la pedrera era bastante menos penosa.
Gorrión alpino (Montifringilla nivalis)
Así tuve oportunidad de volver a sacar la cámara fotográfica y retratar a las estrellas del día, en cuanto a fauna se refiere.
Bastantes Gorriones alpinos, adultos y jóvenes, revoloteaban de aquí para allá, posándose en alguna ocasión a pocos metros de mí.
Gorrión alpino (Montifringilla nivalis)
Roquero rojo (Monticola saxatilis)
Otro de los típicos habitantes de estas montañas, el Roquero rojo observaba los elegantes vuelos de buitres y alimoches, y las estridencias de chovas y cuervos, siempre malmetiendo.
En mis fotos nunca se aprecian las pendientes pero os puedo asegurar que esta montaña es muy "aérea" en todas sus vertientes.
La sorpresa de día -más que ver a los gorriones alpinos- fue encontrarme con un conocido naturalista, en Palencia y en el resto de la península, y en la mismísima cima del Espigüete:
Fernando Jubete, que se encontraba en pleno trabajo de campo, preparando el "atlas de mariposas diurnas de Palencia" cazamariposas en mano.
Y no sólo éso...
En plena acción... "¡¡vaya!! ¡¡lástima!! por poco se te ha escapado un endemismo para Palencia, Fernando."
La manchita blanca de la izquierda es la mariposa en cuestión.
Un tipo muy majo Jubete, sólo puedo recomendaros los dos libros que tengo de su autoría y que me parecen magníficos:
Panorámica desde la cima del Espigüete -pinchad la foto para verla mejor- en la que se puede apreciar, junto a la cruz de la izquierda y al fondo, la otra gran montaña palentina...
El Curavacas (2.524 m.)
Volveré el año que viene, quien sabe si antes, pero al Espigüete le dejaré descansar...
¡¡Majestuoso!!