sábado, 8 de septiembre de 2012

LA LEY DE MURPHY

 Gaviota patiamarilla (Larus michahellis)
La "Ley de Murphy" dice algo así como que cuando algo puede salir mal, sale mal. El ejemplo de la tostada, que siempre cae del lado de la mantequilla, es uno de los más conocidos.
Lo cierto es que "la ley", aunque poco científica (éso es así) se cumple en los más variados ámbitos de la vida.
Por ejemplo; estaba yo controlando un pollo de patiamarilla que se criaba muy discretamente en el tejado de nuestra casa y de la que apenas pude sacar esta fotografía el día 21-8-2012 a primera hora de la mañana.
Como sabéis he pasado los últimos días de Agosto en Potes, y ha sido en este lapso de tiempo cuando la condenada ha decidido dar sus primeros vuelos y moverse del tejado.
Lo que estaba esperando durante semanas sucede en mis pocos días de ausencia.
¡¡Murphy haciendo de las suyas!!

 El pollo había subido esos días a los tejados más altos y yo daba por perdida la oportunidad de volver a ver al jovenzuelo cuando, sin esperarlo, el día 3-9 apareció por las inmediaciones del jardín, donde sus padres le siguen alimentando.

 El muy canalla utiliza nuestra piscina para asearse y es uno de los principales sospechosos de haber pinchado el aro exterior. 
Estamos a punto de vaciarla así que la pequeña gaviota habrá sido la última en disfrutar de la temporada de baños en el jardín.

Golondrina común (Hirundo rustica)
La misma sensación (de que Murphy haría de las suyas) la tuve con estas golondrinas que fotografié el 26-8 en Laredo y que no sabía si tendría oportunidad de volver a ver.
He vuelto el día 5-9 frente a su nido y, ¿qué pensáis que me he encontrado? 
Ya os contaré...

Pero os cuento el porqué de titular "La ley de Murphy" a esta entrada.
En mi ausencia, perdido por las montañas cántabras, mi familia asistió al festival de magia que se celebraba en Laredo. Y como es costumbre, mi hijo Daniel salió al escenario (le da igual el espectáculo de que se trate) a colaborar con el artista de turno;
 el gran Murphy en este caso.
Marian trató de grabarlo con el móvil pero, un inoportuno e incontrolable ataque de risa, le impidió aguantar hasta el final del truco con el temple necesario.
 ¡¡Todo por culpa de Murphy!!
Ya hemos pedido la grabación a la organización,
¡¡no me lo quiero perder!!

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