Voy a meterme en este berenjenal sin saber muy bien cómo empezar ni, por supuesto, cómo podré salir de él. Todo ésto descrito desde mi experiencia personal y con la mayor humildad, por lo que no pretendo sentar cátedra ni mucho menos, ya que existirán tantas maneras de observar aves como ornitólogos en la faz de la Tierra.
Empezaré hablando de quién puede observar aves. La respuesta es bien sencilla: Todo el mundo, siempre que se tenga cierto interés por la Naturaleza y ganas de descubrir por uno mismo los secretos que tenemos tan a mano y que muy pocas y privilegiadas personas son capaces de apreciar.
Porque las aves nos las podemos encontrar en cualquier tipo de hábitat, incluso en los más humanizados como las grandes ciudades, y nos deleitan con sus plumajes, cantos y comportamientos, tan variados como sorprendentes. Sólo es cuestión de abrir los ojos y la mente.
¡¡Comencemos a disfrutar!!
Para iniciarse en este apasionante mundo se me ocurren dos métodos: Por tu cuenta, autodidacta de libro, a base de cometer errores y aprendiendo poco a poco como me ha ocurrido a mí, o acompañando a ornitólogos experimentados con lo que tu evolución será mucho más rápida y segura. Cada uno debe elegir su modo de aprender, pero siempre desde la modestia del neófito, dejándose aconsejar, y teniendo en cuenta que nadie nace sabiendo... prudencia a la hora de identificar especies dudosas, dejándolas en sp (sin precisar) cuando no se tenga seguridad absoluta.
Para aprender, en estos momentos hay muchas herramientas en la "red" además de las clásicas guías de aves (imprescindibles de todos modos), como foros, blogs y páginas dedicadas al mundo de la ornitología. Eso sí, hay que ser un poco selectivo y discernir quién te puede aportar algo. Existen preciosas páginas con fotos de aves maravillosas pero que básicamente son éso; páginas de fotografía de Naturaleza que apenas ofrecen más información sobre las aves que su belleza, que por otro lado no es poco.
No quería personalizar en esta entrada pero voy a poner un ejemplo de lo que me parece un blog del que aprender:
"El Pernil", un blog en el que su autor,
Alfonso Rodrigo, nos mantiene informados de la actualidad ornitológica en Villafáfila, aderezado con curiosidades y anécdotas que además actualiza cada pocos días. Una especie de
cuaderno de campo que por suerte comparte con todos nosotros.
¡Un gran trabajo! Cada uno debe elegir sus referentes y yo los tengo enlazados en la columna de la derecha del blog.
Una vez tengas claro que quieres profundizar en esta interesante afición, llega uno de los momentos más delicados; hacerse con el material básico para salir al campo con unas mínimas garantías de éxito. Y aquí las variables son casi infinitas. Para no volvernos locos diría que lo imprescindible son unos decentes prismáticos y una buena guía de identificación de aves
Como guía de aves os pondré dos ejemplos de entre la gran oferta editorial que existe en la actualidad:
"Aves de Europa" de P. Bartel. Lynx Edicions. 2008.
190x132mm. 192 páginas. 1725 ilustraciones a color y 445 mapas de distribución.
Una guía muy completa aunque sencilla, que destaca por su precio, 12 euros, que hacen de ella la compañera ideal si no quieres invertir demasiado dinero en tus primeros pasos entre las aves.
"Guía de Aves. España, Europa y región mediterránea. Segunda edición". L. Svensson, K. Mullarney y D. Zetterström. Ediciones Omega. 2010.
200x140mm. 448 páginas. 4000 ilustraciones a color.
La mejor sin duda para Europa, si tienes claro que tu afición a las aves va a calar hondo, los 53 euros que cuesta no te dolerán en absoluto.
Minox HG 10x43 BR
Los prismáticos dan aún más juego y, por tanto, quebraderos de cabeza a la hora de elegir el adecuado a tus gustos y necesidades. Presentan en cualquier caso dos cifras. La primera se refiere a los aumentos que en el ejemplo de la fotografía (por cierto, son los míos) indican 10 aumentos, y el 43 hace referencia al diámetro en mm. de la lente, que afecta al grado de luminosidad. Se suele recomendar entre 8 y 10 aumentos (menos se quedaría bastante corto y más nos haría necesario utilizar un trípode) y entre 40 y 45 mm de diámetro. Mayor diámetro nos daría más luminosidad pero también nos aumentaría el peso, algo muy a tener en cuenta cuando uno anda por el campo con esa carga al cuello.
Las diferencias de precios que nos encontramos en el mercado evidencian que hay muy distintas calidades dentro de los binoculares. A partir de unos 200 euros se pueden encontrar prismáticos muy decentes con los que iniciarnos en la observación de aves disfrutando desde el primer momento. Yo estoy muy contento con la marca Minox que tiene prismáticos con muy buena relación calidad-precio, pero hay otras muchas, y cada cual contará la historia según haya sido su experiencia personal. Aquí podéis consultar una interesante guía para elegir los vuestros.
Una vez que te has hecho con el equipo básico puedes empezar a pensar en ampliarlo poco a poco con un telescopio, para que no se te escapen las aves más lejanas, o una cámara fotográfica con la que inmortalizar tus observaciones más interesantes.
Mi telescopio es un Kowa TSN 822 de más de 20 años que todavía me da alegrías las veces que lo saco, para buscar osos, lobos y linces por ejemplo.
Tamron 200-500
En cuanto a la fotografía, busco la comodidad, y por peso y viendo sus resultados en algunas páginas, me decidí por un tamron 200-500 mm que unido a una cámara Sony (A35) que incorpora estabilizador, da unos resultados bastante buenos a pesar de mi impericia. Y muy importante, con poco más de 1,7 kilogramos me permite realizar las fotos a pulso sin ninguna dificultad. Si tuviese la necesidad volvería a comprarme el mismo equipo, mejorando ligeramente la cámara con una Sony A58. El objetivo me costó unos 800 euros y la A58 se encuentra por menos de 400, total 1.200 euros.
Otra alternativa son las bridge como la LUMIZ FZ72 que utilizo habitualmente y que, aunque claramente inferior a la réflex, da unos resultados decentes con un 20-1.200 mm muy versátil, ligero y económico (300 euros).
EL MEOLLO DE LA CUESTIÓN
Finalizo comentando mi manera de observar aves que no es nada original, desde luego, pero para alguien que da sus primeros pasos quizás resulte interesante.
Lo primero es saber dónde vas a realizar la observación e informarte adecuadamente de cómo llegar para evitar innecesarias pérdidas de tiempo, y tener en cuenta lo que puedes ver en cada zona y en cada época del año. Ésto nos ayudará a buscar en los lugares adecuados sin descartar encontrarse en cualquier momento con aves poco comunes. Rastrearemos a fondo cada rincón y abriremos bien nuestros oídos, atentos a cualquier canto que nos sitúe la posición del ave y nos ayude a su identificación, con la ilusión del naturalista que busca con insistencia una nueva especie a la que dar nombre para la ciencia... al menos puede ser una nueva especie para ti.
Nos comportaremos de modo discreto, integrándonos con el entorno, sin hacer movimientos bruscos ni hablando a voces, dando prioridad al bienestar de la fauna. Hay que respetar las distancias de seguridad de las aves y procurar no obligarlas a levantar vuelo con nuestra presencia (ésto no es siempre posible). Esta distancia puedes intuirla cuando al acercarte a su posición dejan de comportarse con normalidad y adoptan una actitud de alerta. Este es el momento de parar y dar un paso atrás. Para ganarte la confianza de las aves lo mejor es no mostrar aparente interés por ellas, mirando en otra dirección (yo suelo fijar la mirada hacia el suelo) mientras vas ganando la posición que te interesa, bien por tener donde esconderte, o por dejar el sol a tu espalda. Sólo de vez en cuando y discretamente les dedicas una fugaz mirada para satisfacer tu ansia observadora.
Una vez alcanzada la posición desde donde deseas realizar la observación, entra en juego otra de las virtudes destacadas en el ornitólogo ejemplar; la paciencia. Normalmente es cuestión de tiempo que las mismas aves se acerquen a ti, siempre que cumplas estrictamente la norma que anteriormente he citado; discreción.
Ya está todo listo para que la jornada sea un éxito, con todos los sentidos preparados para dejarse sorprender por las aves, comportándose con naturalidad y en total libertad.
Con el tiempo aprenderás pequeños trucos que optimizarán tus salidas al campo como elegir las horas más adecuadas del día para cada especie o, por ejemplo, conocer cual es el momento ideal en las marismas para disfrutar de los limícolas alimentándose a tus pies. Sabrás leer "señales" indescifrables para el resto de los mortales, como ese bando de patos que levanta el vuelo y que a ti, instintivamente, te hace levantar la mirada buscando el aguilucho o águila que ha provocado tal desbandada. Un canto diferente a los que habitualmente te deleitan en tu zona de campeo te pueden llevar a descubrir alguna rareza con sólo prestar un poco de atención al emisor de la nueva "sinfonía".
En definitiva, respetando la máxima de que antepondremos siempre el bienestar de las aves a nuestros intereses, la observación de aves está al alcance de cualquiera y, a medida que vayas adquiriendo nivel en la identificación de las diferentes especies, esta afición te atrapará y jamás te abandonará.
Toda mi vida la recuerdo rodeado de libros de animales pero, a los 13 años me hice con mis primeros prismáticos (super zenith 10x50) y desde entonces no me los he descolgado hasta el día de hoy.
De ahí el título de mi blog:
¡¡No sin mis prismáticos!!