Cuervo grande (Corvus corax)
Finalizando el mes de septiembre mi hijo Daniel y yo pensamos que era buen momento para pasar una noche en la montaña cántabra para disfrutar de la berrea.
Acentor común (Prunella modularis)
Caminamos durante horas para llegar a los prados subalpinos donde pensamos que el espectáculo sería más visible y espectacular.
Busardo ratonero (Buteo buteo)
Durante la marcha nos entretuvimos con variedad de aves.
Bisbita alpino (Anthus spinoletta)
Águila real - Buitre leonado
Un subidón de adrenalina cuando, cicleando entre unos buitres leonados, descubrimos un águila real.
Águila real - Buitre leonado
Dos magníficos representantes del vuelo planeado.
Águila real (Aquila chrysaetos)
Un ejemplar inmaduro.
Águila real (Aquila chrysaetos)
Un ave fascinante.
Llegamos a la zona adecuada con tiempo para ir situándonos en miradores adecuados.
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
A eso de las 18:30 los berridos de los machos retumbaban de todos los rincones, parece que no había ni un solo espacio sin su correspondiente macho excitado. Muchos de ellos se retaban caminando en paralelo, pero no nos regalaron ninguna pelea.
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Parecía que los más poderosos ya tenían sus harenes bien definidos.
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Os presento a jefe de todos los venados. Su bramido retumbaba mucho más que el de los demás y los otros machos que osaban acercarse a su territorio acababan huyendo ante el poderío de semejante macho.
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Las hembras nos observaban tímidas.
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Pero el "rey" nos miraba desafiante luciendo su descomunal corona
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Su sola presencia nos producía escalofríos. ¡¡Tremendo!!
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Cuidando de sus hembras.
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Otros machos hacían lo propio en territorios menos selectos.
Ciervo rojo (Cervus elaphus)
Pero con igual dedicación. Es lo que se espera de un ciervo en plena berrea.
Daniel
Dispuestos a pasar una noche en la montaña. Allí abajo la vida bullía.
Pero los ciervos, bajo el influjo de la luna llena, no callaron en toda la noche. Una experiencia que recordaremos durante muchos años de la berrea en Cantabria en su plenitud.
¡¡Buen pajareo para todos!!