Plácido era un joven buitre leonado de la famosa colonia cántabra de Candina y que ese mismo día cumplía 4 años alejado del resto de su familia. La mayoría de las carroñeras se peleaba en ese momento con alas, picos y garras, mientras devoraban el cadáver de un corzo, muerto esa misma noche.
Plácido había comido la tarde anterior y no tenía ganas de meterse en trifulcas con el resto de buitres por unos pocos despojos y pellejos, y menos en un día tan importante para él. Estas continuas peleas forjaban el carácter arisco de su especie, y ese gesto, casi de matón de barrio, que los delataba.
Nuestro joven buitre prefirió acomodarse en uno de los postes que afeaban el paisaje de la Sierra de la Vida pero que eran tan interesantes para un ave curiosa, con la mente abierta y ganas de conocer mundo.
Desde allí divisaba gran parte de las Marismas de Santoña, el castreño Pico Cerredo, y el precioso Valle de Liendo además de, lo que más le interesaba, todos sus vecinos alados y sus vidas cotidianas.
Envidiaba la velocidad de los vencejos, el colorido de los jilgueros, la alegría de las golondrinas... pero él era un buitre, por favor, un poco de seriedad.
Se le acercó el gorrión al que llamaban por su alegría Chispas. De él envidiaba su descaro y desparpajo.
El pequeño se posó a escasos dos metros de Plácido y ¡oh, sorpresa! se dirigió con simpatía al buitre al que interpeló:
-¿No te aburres?
-Pero, ¿cómo se te ocurre hablarme así?- preguntó anonadado el buitre, poco acostumbrado a este tipo de confianzas.
-Y ¿por qué no? Te conozco desde hace más de un año y sé que eres un buen tipo, raro pero buen pájaro.
-No creo que tengamos mucho de que hablar. Un buitre y un gorrión ¡Qué locura!
-Pues yo creo que sí. A los dos nos gusta observar... y los dos volamos. Yo te puedo enseñar los rincones más cercanos y escondidos que a ti te resultan inaccesibles, y tú llevarme a esas altas montañas donde nunca me he podido acercar pero con las que a menudo fantaseo- explicó el pequeño gorrión entusiasmado.
-Visto así...? -meditó Plácido.
-Vamos, sígueme -gritó Chispas a su nuevo amigo que observó como se adentraba en un cercano maizal.
Y así fue como Placido conoció un nuevo mundo de la mano del pequeño gorrión y, además, tuvo el placer de mostrar a Chispas la grandiosidad de las montañas y una nueva visión del mundo, desde las alturas, con una mayor perspectiva.
"No sin mis prismáticos" cumple también 4 años y su filosofía sigue siendo la misma desde que comenzó su andadura.
Mostrar, compartir y aprender del resto de aficionados a la Naturaleza los misterios y bellezas del maravilloso mundo que nos rodea y que nos hacen disfrutar mucho más, de éso estoy seguro, en nuestro efímero paso por la vida.
Para ello prefiero quedarme con lo que nos une (como hacía el gorrión Chispas) y no con nuestras diferencias que, seguro son muchas, pero poco importantes.
Finalizo con las estadísticas del blog en su cuarto aniversario:
288.500 visitas, 217 extraordinarios seguidores y 712 entradas en las que he tratado de transmitir la pasión que siento por la vida y por todos sus protagonistas.
¡Muchísimas gracias por ayudarme a conseguirlo!
¡Primer!
ResponderEliminarGracias a ti por transmitirnos tantos conocimientos e imágenes de esa Naturaleza que tanto queremos. A por otros cuatro por lo menos.
Muchas gracias Dani!!
EliminarAgradeço imensamente o conhecimento que você tem nos transmitido com simpatia e bom humor através de suas entradas tão preciosas com imagens "guapas"! É um prazer passar por aqui no seu blog ainda que eu não deixe comentário sempre.
ResponderEliminarFelicidades e realizações!!!
Beijo e flores do Brasil com muito carinho. :)
Ops! Já ia me esquecendo: a fábula que você compartilhou é graciosa por demais! Parabéns de novo! Aplausos de fã! ;)
ResponderEliminarBeijo.
Muito obrigado pelas suas palavras de encorajamento. Um grande abraço!
EliminarEnhorabuena amigo!!!
ResponderEliminarMuchos ánimos para continuar con tus crónicas de Santoña y alrededores.
Saludos desde León
Muchas gracias José Alberto! Y suerte con vuestro Big Year que veo lleváis de maravilla. Da envidia leer vuestras crónicas ;-)
EliminarSaludos
'Ojolince y Sra.' te transmitimos nuestra enhorabuena.
ResponderEliminarQue no te falten nunca las ganas de mostrar, aprender y compartir.
Nuestros blogs tienen el mismo tiempo (hablo de ellos como si fueran bebés)
Eliminar¡A ver si los hacemos durar muchos años más!
¡Enhorabuena a vosotros también!
Felicidades y mi más sincera enhorabuena Ernesto, tu blog es un auténtico diario del esturario de Asón, le sacas petroleo a la zona además de aderezarlo de buenas dosis de humor e ingenio. Para mí es consulta obligada.
ResponderEliminarSaludios desde Algorta.
Muchas gracias Josean!! Saludos
Eliminar¡Enhorabuena! Llevo pasándome por aquí a leer desde bastante antes de tener mi propio blog, y espero poder seguir viendo esta ventana al Cantábrico durante mucho tiempo más.
ResponderEliminarLo mismo te deseo para tu ventana de las tierras del Sur... ¡Larga vida!
EliminarFelicidades por estos 4 años compartiendo tu extenso y notable material fotográfico e historias de observación de aves. Que vengan muchos más años de No sin mis prismáticos
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Hernán! Un saludo desde la otra orilla del charco...
EliminarFelicidades y que cumpla muchos más !!.
ResponderEliminarMuchas gracias!! Si está en mis manos cumplirá unos cuantos más!!
EliminarDesde Arévalo nos sumamos a las muestras de felicidad por estos cuatro años que ya sabes compartimos con asiduidad.
ResponderEliminarGracias amigos!!
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