Estos días que Daniel esta pasando la varicela en casa, Silvia y yo vamos jugando de camino al colegio y hoy tocaba... ¡ser pájaros!
-Papi, yo soy la lavandera que corre muy rápido, ¿y tú?
-¿Yo? El Halcón peregrino que vuela muy rápido.
- Pero las lavanderas también vuelan- me responde Silvia.
-Para eso -la digo yo- lo mejor es el pato. Corre, vuela, nada y, algunos, hasta bucean.
-Entonces, ¡¡yo soy pato!!- decide finalmente Silvia.
Tras un agotador día, Silvia cae rendida en cualquier lugar, siendo nuestro gato Tom quien sustituye a Conejito en su regazo, para cuidar, como escuché en algún lugar, de los sueños de la niña.
Antes "cuidaba" más de Daniel pero, de un año para aquí, Tom se encarga con entrega felina de la pequeña de la casa, que tiene...
¡Pájaros en la cabeza!
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